miércoles, 17 de junio de 2015

APRENDER CAMBIANDO EL MUNDO, por Pedro Mª Uruñuela Nájera

Una guía práctica para el Aprendizaje-Servicio (ApS)
El Aprendizaje-Servicio (ApS) es una propuesta educativa que recoge la tradición de las metodologías activas, el aprendizaje a través de la experiencia y la acción al servicio de la comunidad, concretándolas en una metodología práctica y sencilla, al alcance de todo el profesorado que quiera mejorar su acción docente.
Son muchas las actividades y métodos útiles y adecuados para la labor educativa: partir de los centros de interés, el aprendizaje basado en proyectos, el aprendizaje cooperativo, una buena lección magistral, los trabajos de campo… Sin ningún tipo de fundamentalismo, el ApS presenta una propuesta que, sin excluir estos planteamientos y tomando aspectos importantes de cada uno de ellos, aporta un nuevo enfoque y ofrece a todos los alumnos y alumnas una nueva oportunidad educativa que deben aprovechar en algún momento de su proceso formativo.

1.- ¿Por qué al ApS en mi aula? ¿Qué es?
a. Razones para practicarlo
Decía Víctor Frankl que “quien tiene un por qué, encuentra fácilmente el cómo”. De ahí la importancia de preguntarse por las razones que invitan a la práctica del ApS, que muestran la utilidad y sentido de esta nueva propuesta. Se pueden considerar las siguientes razones:
  • Su utilidad para mejorar los resultados escolares y conseguir el éxito de todo el alumnado:
Alto índice de suspensos, elevado porcentaje de repetidores, fracaso escolar… Si se sigue haciendo lo mismo y de la misma forma, los resultados seguirán siendo también los mismos. El ApS plantea una nueva manera de trabajar en la que el alumnado adquiere y desempeña un papel central en su formación, ya que lo convierte en el protagonista de su aprendizaje.
  • Incide y refuerza la motivación del alumnado:
En demasiadas ocasiones, los alumnos no encuentran sentido a lo que están haciendo y una de las preguntas que más veces hacen es “profe, ¿esto para qué sirve?”. El ApS une el aprendizaje con el servicio a la comunidad. El alumnado ‘vive’ la utilidad, ya que lo que aprende le sirve para dar respuesta a una necesidad real del entorno. De ahí su fuerte potencial motivador.
  • Mejora el clima del aula y disminuye los problemas de disciplina:
Muchos profesores se quejan de la dificultad que tienen para poder dar la clase debido a las conductas disruptivas de su alumnado, conductas vinculadas a la falta de motivación y el bajo nivel de aprendizaje. El ApS contribuye a mejorar la relación interpersonal del alumnado con sus profesores. Al estar más a gusto y llevar a cabo un proyecto propio, los alumnos adoptan otra actitud mucho más positiva, alejada de los comportamientos disruptivos habituales.
  • La necesidad de educar para la vida y para los problemas de la sociedad de hoy:
Suele criticarse el excesivo academicismo del currículo, su alejamiento de los problemas e intereses del alumnado, la insuficiencia del modelo acumulativo de conocimientos, basado en la memorización de los mismos. Hoy se pone el énfasis en el trabajo de las competencias básicas. El ApS parte de problemas reales y concretos y propone un servicio como respuesta a los mismos. De ahí su utilidad y eficacia.
  • La apertura al exterior por parte de los centros escolares:
Se critica el centro escolar como algo demasiado cerrado, vuelto hacia sí mismo, que apenas aprovecha los recursos y oportunidades de su entorno. El ApS fomenta la relación con otras personas, organizaciones e instituciones que trabajan en el entorno, ya que propone un trabajo en red con todos ellos, incorporándoles a la tarea educativa y haciendo realidad el viejo proverbio africano que dice que “para educar a un niño, es necesaria la tribu entera”.
  • Garantiza el desarrollo de una educación integral:
¿Una educación de calidad es la que desarrolla sólo un buen currículo personal? ¿Cómo puede la educación formar personas competentes y al mismo tiempo solidarias? El ApS trabaja ambos aspectos, el currículo y los valores colectivos, haciendo que el alumnado se apropie de los mismos a través de la reflexión sobre el servicio que se lleva a cabo.
  • Educar en la necesidad del servicio a los demás:
El primer borrador de la Convención sobre los derechos de la infancia, en 1923, formuló este principio: “el niño deberá ser educado en la conciencia de que sus mejores cualidades han de ser empleadas al servicio del prójimo”. El ApS pretende llevarlo a la práctica, principio que contradice las propuestas y enfoques vigentes en nuestra sociedad individualista, que anima a cada uno a buscar la solución a sus propios problemas, sin preocuparse de nada más.
b. ¿Qué es el ApS?
Cuando un grupo de alumnos y alumnas para celebrar el 21 de marzo sale del centro y recoge la basura del río que pasa por la localidad, está llevando una acción solidaria puntual, de interés social. Cuando en clase de geografía trabajan los ríos y sus características, en clase de ciencias estudian el medio ambiente y su cuidado y en clase de ética analizan qué es la ética medioambiental, están llevando a cabo actividades de aprendizaje. Pero cuando unen ambas actividades y deciden organizar una campaña para limpiar todo el trayecto del río a su paso por la localidad, aplicando todo lo estudiado en clase, están llevando a cabo un proyecto de aprendizaje-servicio.
En una primera aproximación, puede definirse el ApS como “aprender ayudando a los demás”, “aprender cosas a través de hacer un servicio a la comunidad”, o “hacer algo socialmente útil y aprender con esta experiencia”. Una definición completa y precisa del ApS puede ser la siguiente:
Una propuesta educativa que combina procesos de aprendizaje y de servicio a la comunidad en un solo proyecto bien articulado, en el que los participantes aprenden al trabajar en necesidades reales del entorno con la finalidad de mejorarlo.
El ApS es, en primer lugar, un proyecto articulado. No se trata de yuxtaponer dos acciones diferentes, sin apenas relación entre ellas. Por el contrario, ambos elementos deben estar bien ensamblados, unidos uno a otro, imbricando el servicio con el aprendizaje en un mismo proyecto.
La propuesta de ApS, en segundo lugar, une las acciones propias del voluntariado con las específicas del aprendizaje. El resultado es un nuevo producto que, conservando las características y puntos fuertes de cada uno de ellos, presenta nuevas cualidades propias y específicas, debidas a la suma e integración de ambos elementos. De dos cosas buenas surge una mejor, algo similar a lo que sucede cuando mezclamos la leche con cola-cao o preparamos el pan untado en tomate.
En el ApS hay tres elementos clave, imprescindibles para poder hablar de proyecto de ApS: la necesidad social, el servicio y el aprendizaje.
  • La necesidad social:
Es el punto de partida de todo el proyecto. El servicio se va a basar en la detección de una necesidad real del entorno, sea éste el entorno interno del propio centro o el entorno social de fuera del mismo. Una necesidad se define como algo que falta, la carencia de determinados mínimos necesarios para mantener la calidad de vida, mínimos ligados a los derechos humanos, la justicia social y la dignidad humana. Puede tratarse de necesidades muy importantes o de pequeñas necesidades, pero siempre encontramos estas características a la hora de definirlas. La necesidad social detectada sirve de referencia para el servicio y el aprendizaje y supone trabajar sobre situaciones y problemas reales.
Al detectar y analizar la necesidad social se comprueba que hay también personas y organizaciones que están trabajando en el mismo campo, y se abre la posibilidad de colaboración con ellos, construyendo y reforzando la red social y abriendo el centro al entorno. Desde el punto de vista del aprendizaje, aprender a detectar una necesidad social supone también desarrollar una actitud y un pensamiento crítico, básico para la formación de todo alumno/a.
Para el profesorado, empezar la planificación de la materia analizando las necesidades del entorno puede ser una manera de programar más eficaz que limitarse a hacerlo desde la lógica propia de su asignatura.

  • El servicio a la comunidad:
No basta con tomar conciencia de una necesidad. Es necesario comprometerse, movilizarse, “ensuciarse las manos” en la respuesta a dicha carencia. De ahí la importancia del servicio en el proceso de ApS.
Son muchos los campos en los que se puede plantear el servicio, los mismos que en los que se detectan las necesidades: acompañamiento a la formación, ayuda próxima a quienes lo necesitan, relación intergeneracional, preservación del medio ambiente, participación ciudadana, conservación del patrimonio cultural, solidaridad y cooperación, promoción de la salud, uso de los medios de comunicación para campañas de concienciación, etc.
Tres ideas subrayan la importancia del servicio de cara al alumnado:
    • El verdadero éxito de la educación consiste en formar buenos ciudadanos capaces de mejorar la sociedad y no sólo con un buen currículo personal.
    • Los niños y jóvenes son ya ciudadanos capaces de provocar, a un determinado nivel, cambios en su entorno.
    • El servicio refuerza eficazmente el aprendizaje, ya que los alumnos encuentran sentido a lo que estudian, aplicando sus conocimientos y habilidades en prácticas solidarias.
Se puede pensar que son pequeñas acciones que apenas inciden en la mejora del mundo. Pero como decía Eduardo Galeano “actuar sobre la realidad y cambiarla aunque sea un poquito, es la única manera de probar que la realidad es transformable.”

  • El aprendizaje:
Tres son los tipos de aprendizaje que hace posible el ApS. Son los siguientes:
    • Aprendizajes académicos, señalados y recogidos en el currículo y en las diversas asignaturas.
    • Aprendizaje de valores como la responsabilidad, el compromiso solidario, la planificación, el esfuerzo…
    • Aprendizaje de competencias: las básicas, y también competencias personales, interpersonales, de pensamiento crítico, de realización de proyectos, de ciudadanía, profesionales, etc.
El ApS es, por todo ello, una oportunidad educativa que hay que garantizar a todos los niños/as y jóvenes que, en algún momento de su vida, pueden y deben participar como ciudadanos activos haciendo alguna cosa para su barrio, su población y su sociedad.

c. Otras consideraciones sobre el ApS:
1.- Se han señalado los tres elementos imprescindibles en un proyecto de ApS. También se ha señalado la importancia del proyecto como elemento clave para la calidad de la propuesta de ApS. Es necesario también tener en cuenta y desarrollar dos nuevos elementos, fundamentales para el éxito del proyecto de ApS, la reflexión y la participación.
  • En primer lugar, la reflexión. Se trata de un proceso imprescindible para garantizar el aprendizaje dentro del proyecto. Desarrollar el servicio, sin más, no se traduce de manera automática en más aprendizaje. Es necesario reflexionar sobre lo que se está haciendo, sobre las razones del proyecto, sobre la forma en que se está llevando a cabo el proceso, sobre los resultados. Desarrollar en los alumnos y alumnas el hábito de reflexión sobre la acción es uno de los aprendizajes básicos para la vida que pueden hacer los alumnos.
  • En segundo lugar, la participación. Difícilmente el alumnado puede sentirse protagonista de su aprendizaje si no participa en su definición y desarrollo. De ahí la importancia de desarrollar el proyecto de una forma participativa, haciendo que el alumno se informe, opine, decida y evalúe el desarrollo del proyecto. Además, y superando un planteamiento meramente instrumental, la participación es uno de los objetivos educativos que se pretende conseguir: que los alumnos quieran, sepan y puedan participar. Otro de los aprendizajes fundamentales para la vida que garantiza el proyecto de ApS.
2.- El ApS desarrolla una acción solidaria de apertura a la comunidad. En esta acción se suele coincidir con otros protagonistas que también están trabajando de cara a la necesidad detectada. Reforzar los lazos con estas personas y organizaciones, abrir el centro escolar a la colaboración de otros agentes es uno de los cambios más importantes que el proyecto de ApS puede conseguir.
No se trata solamente de garantizar la coordinación entre todas las entidades sino de llegar a un trabajo en red basado en la cooperación entre todas. De esta forma el centro comparte un proyecto propio con los demás agentes sociales, comparte el protagonismo y cada uno hace lo que le es propio, de manera que todos ganen. Otro aprendizaje para la vida fundamental en el proceso educativo.
3.- Las propuestas de ApS están extendidas por todo el mundo,  no se trata de algo exclusivo de nuestro país. El ApS cuenta con una larga tradición en Estados Unidos, uno de los países pioneros en su implantación; incluso hay ya Estados, como el de Maryland, en los que todo el alumnado debe participar en un proyecto de ApS para poder titular al acabar la etapa de Secundaria. También está muy extendido en América del Sur, especialmente en Argentina, donde ha contado con un fuerte apoyo institucional; trabajan proyectos de larga duración, que incluso pueden llegar a los 18 meses, con un alto contenido de compromiso social y de excelencia académica.
Pero quizá la experiencia de mayor interés para España sea la de Holanda. Tras unos años de experimentación a través de proyectos-piloto, en el año 2007 promulgó la ley que introducía el ApS en el currículo de Secundaria, de manera que todos los alumnos deben cursar entre 48 y 72 horas de servicio a la comunidad a través de diversos proyectos, vinculados a las distintas materias. Los centros se han ido incorporando de manera progresiva a esta práctica con el apoyo de la Administración, de manera que, a día de hoy, prácticamente está generalizada en todos los centros de Secundaria.
4.- El impacto del ApS en los centros educativos a lo largo de los últimos años ha sido evidente. Como señala R. Batlle (2013:134), “el aprendizaje-servicio se ha extendido por la sencilla razón de que funciona. El profesorado que lo prueba no lo abandona, porque los resultados son muy notables tanto en un nivel estrictamente académico, como de convivencia en el aula y como de cohesión escuela-entorno”.
Trabajar el ApS, introducirlo como metodología y planteamiento educativo habitual en nuestros centros ¡es algo que merece la pena!





2.- ¿Quién lo hace?

Son muchas las experiencias de  proyectos de ApS que se han puesto en marcha en el ámbito educativo, desde Primaria hasta la Universidad. He aquí algunas de las más importantes, que pueden ser de interés para todos aquellos centros y grupos de profesores y profesoras que quieran trabajar con este nuevo planteamiento.
Unas responden a los campos de actuación en los que es posible plantear un determinado servicio. Otras muestran cómo se puede organizar un centro para trabajar a fondo esta metodología. Todas se corresponden con prácticas reales de centros de las etapas de Primaria y de Secundaria.

1.- Acompañamiento a la formación: “APADRINAMIENTO LECTOR”
El aprendizaje de la lectura y escritura se considera una de las tareas principales que debe trabajarse a lo largo de toda la escolarización y, de manera especial, en la etapa de Primaria. Dominar una buena técnica de lectura, comprender lo que se lee, ser capaz de trabajar con el contenido leído, son aspectos fundamentales a trabajar en las clases, constituyendo uno de los principales objetivos de la etapa. A la vez, es preciso despertar en los alumnos/as la afición a la lectura, el gusto por leer; algo difícil de conseguir en un mundo como el nuestro, en el que predomina la imagen y la cultura visual sobre la lectura y la cultura del libro.  
La tarea no es fácil y con frecuencia escuchamos quejas respecto de las dificultades encontradas. Claramente, hay una necesidad: mejorar la capacidad de lectura y la calidad de la misma y, a la vez, despertar en los niños y niñas el gusto y la afición a leer, desde los cuentos a todo tipo de libros.
¿Qué puede hacerse para ello? Desde los centros educativos se han puesto en marcha muchas iniciativas, casi todas puntuales, tanto para mejorar la calidad de la lectura como para incrementar la afición por la lectura. Así, se celebra el día del libro y se organizan visitas de autores a los centros, se hacen carteles animando a la lectura, se regalan libros entre los alumnos/as de un determinado curso, y otras muchas actividades.
También como respuesta a esta necesidad puede programarse un proyecto de aprendizaje-servicio, el apadrinamiento lector. El servicio va a consistir en que los alumnos mayores, de sexto curso de primaria, se van a convertir en padrinos y madrinas de los niños de primero y les van a ayudar en su aprendizaje de la lectura y de la comprensión de la misma. Cada alumno mayor va tener a su cargo un determinado niño y niña, al que periódicamente van a atender y van a acompañar en su aprendizaje de la lectura.
Con una periodicidad fijada, cada semana o cada quincena, van a trabajar de manera individualizada con él. Escogen un libro, de acuerdo con el niño o niña y su profesora, el padrino/madrina se lo lee a su ahijado y le hace preguntas sobre lo leído para fomentar su comprensión, anotando sus progresos y dificultades. Luego se invierten los papeles y es el niño quien lee ante su padrino, valorando éste su capacidad y rapidez. Tanto los padrinos como los ahijados firman un contrato en el que quedan claros los compromisos por ambas partes, lo que da seguridad y estabilidad al proyecto. Finalizado el mismo, tiene lugar una fiesta de celebración del éxito obtenido con el desarrollo del proyecto.
Los diferentes tipos de aprendizaje que se busca con el desarrollo de este proyecto de ApS son claros. Los alumnos mayores mejoran su capacidad de lectura, aprenden a hacer preguntas sobre lo leído mejorando también su capacidad de comprensión, y aprenden a cuidar y atender a niños más pequeños, desarrollando su capacidad de escucha, de atención y de paciencia ante las dificultades. Por parte de los alumnos apadrinados, perciben que son atendidos de manera individual y que son importantes para alguien; mejoran su técnica de lectura y aumenta su interés por la misma. A la vez, leyendo cuentos y otras lecturas acomodadas a su edad, desarrollan el interés y la afición por la misma, algo fundamental para el futuro. A lo largo de este proceso, se viven y se adquieren por parte de los alumnos/as  determinados valores y actitudes fundamentales: la responsabilidad y  el compromiso, la valoración de la diversidad y de la convivencia, la autoestima, la motivación y el rigor en el uso de la lengua.
Son muchas experiencias de apadrinamiento lector, muy útiles para la mejora de la lectura y para desarrollar la afición a leer. Experiencias fácilmente replicables en los centros.

2.- Ayuda próxima a quienes lo necesitan: “CUIDEMOS A NUESTROS ABUELOS”
La esperanza de vida se ha alargado en nuestra sociedad y ha aumentado el número de personas mayores con edad avanzada. A la vez, dadas las características de nuestra sociedad, muchas de estas personas mayores viven solas, a pesar de las necesidades de todo tipo que presentan.
En muchas ciudades, especialmente las más grandes, el cuidado de estas personas mayores ha sido encomendado a mujeres, muchas de ellas inmigrantes. Estas mujeres atienden a los ancianos con la mejor voluntad y la mayor atención posible. Sin embargo, en muchas ocasiones sus conocimientos técnicos son escasos y pueden encontrarse ante situaciones en las que no sepan cómo actuar.
Aparece, por tanto, una clara necesidad: ¿cómo preparar a estas mujeres para que el cuidado de las personas mayores sea el mejor desde un punto de vista sanitario? O, formulado de otra forma, ¿qué se puede hacer para que las personas mayores, que por sus condiciones familiares y sociales no pueden ser atendidos por sus hijos e hijas, por sus familiares más directos, puedan recibir la atención que necesitan y precisan?
En Barcelona, una delegación de Cáritas que atendía a estas personas mayores se puso en contacto con la Escuela de Formación Profesional Solc Nou, que estaba impartiendo ciclos formativos de la familia profesional de sanidad y, en concreto el ciclo formativo de Cuidados Auxiliares de Enfermería. Tras analizar la necesidad que le planteaban, decidieron organizar una actividad de ApS como respuesta a esta situación.
Se plantearon como acción de servicio la formación de las cuidadoras que se estaban haciendo  cargo de estas personas mayores. Para ello, partiendo de lo estudiado en su propio ciclo formativo, diseñaron un curso elemental sobre los cuidados que necesitaba una persona mayor. En concreto, cómo atender a su higiene, precisando los cuidados específicos de lavado y limpieza que precisaban y cómo llevarlos a la práctica. Asimismo, analizaron la cantidad de alimentos y calorías que precisan y el tipo de alimentos convenientes. Igualmente se plantearon cómo atender a determinadas personas que debían permanecer en la cama de forma continua, evitando la aparición de úlceras por decúbito a través de cambios posturales, etc.
Todo el proceso formativo se concretó en cuatro apartados sobre los cuidados necesarios en la persona mayor, incluyendo en ellos los ya citados más nociones elementales de educación para la salud y primeros auxilios. Con una periodicidad quincenal, y en colaboración con Cáritas, impartían charlas a las personas cuidadoras inmigrantes, no sólo desde una perspectiva teórica, sino también práctica, corrigiendo los posibles errores y aprendiendo la forma correcta de llevarlos a la práctica.
Esta acción de servicio estuvo muy vinculada al aprendizaje: para poder diseñar el curso, las alumnas del mismo tuvieron que estudiar y dominar aquello que estaban dando en el ciclo formativo de cuidados auxiliares de enfermería, contando con el asesoramiento de sus propios profesores/as. A su vez, no hay mejor manera de dominar y de aprender unos determinados conceptos o procedimientos que tener que explicárselo a otras personas, atendiendo sus dudas y aclarando aquello que no entienden. Los resultados académicos demostraron la validez de esta afirmación.
Pero, además de los contenidos estrictamente curriculares, las alumnas aprendieron también los valores propios de la ética del cuidado, así como el respeto y la aceptación de las diferencias, al trabajar con personas de culturas muy diferentes. Adquirieron determinadas competencias interpersonales, aprendiendo a relacionarse, a escuchar y dialogar, y competencias profesionales, de preparación para el mundo del trabajo.
Esta experiencia de ApS continúa en la actualidad y ha sido replicada con éxito en otros centros, como el IES “Juan de Mairena”, de San Sebastián de los Reyes, de Madrid. También se puede extender a otros ciclos formativos de la familia de Sanidad.

3.- Prevención de la violencia, trabajo de la convivencia: “CIBERMANAGERS”
En la sociedad de la comunicación y la información, las tecnologías digitales abren grandes posibilidades a todas las personas y, especialmente, a los jóvenes y niños. El uso de los teléfonos móviles, las múltiples redes sociales en las que están presentes, la facilidad de comunicación a través de distintos programas… son sólo alguno de los ejemplos que muestran las posibilidades de la nueva sociedad de la comunicación.
A la vez, el uso de estas nuevas tecnologías entraña también riesgos importantes. Se da un incremento de los abusos, de la violencia a través de las redes, y son muchos los informes que señalan el incremento importante en nuestro país del ciberbullying, el acoso a otras personas a través de medios informáticos, acoso que se manifiesta en distintas acciones (abuso y amenaza sexual, atentado contra la intimidad, etc.).
Hay, por tanto una nueva y clara necesidad: cómo hacer para que los jóvenes puedan aprovechar todas las posibilidades y oportunidades que ofrecen las nuevas tecnologías y, a la vez, darles recursos que les permitan evitar y prevenir los riesgos asociados a las mismas. Lejos de amedrentarles y restringir su uso, se trata más bien de empoderarles y darles las competenciales emocionales, sociales y cognitivas que necesitan para un buen uso de las mismas.
Para dar respuesta a esta necesidad, el Colegio Menesiano “Santa María”, de Portugalete desarrolló un proyecto de ApS, “Cibermánagers”, cuyos protagonistas principales fueron los alumnos y alumnas de cuarto de la ESO. Investigando sobre el problema, conocieron y contactaron con la organización “Pantallas amigas”, dedicada a la formación y prevención de los riesgos del uso de las nuevas tecnologías.
Se plantearon como servicio dar formación e información a los alumnos del tercer ciclo de Primaria, así como a sus familias y a la sociedad en general. Para ello diseñaron este proyecto, en colaboración con “Pantallas Amigas”, que comenzaba con la organización de una formación para ellos mismos, previa a la actuación con los receptores del servicio. Analizaron los riesgos, se plantearon la manera de neutralizarlos y todo ello desde una perspectiva en positivo, buscando la manera de tener recursos para poder hacer frente a los mismos desde las propias competencias.
Tras completar su formación, pasaron a desarrollar su actuación, en primer lugar con los alumnos/as de Primaria. Organizados en pequeño equipos, organizaron unas sesiones de trabajo tanto teóricas como prácticas, muy bien acogidas por sus receptores. A la vez, tuvieron varias sesiones de trabajo tanto con los padres y madres de los alumnos de Primaria, como con las personas adultas interesadas en el tema y que fueron convocadas por el colegio. La acción fue también muy bien valorada.
En cuanto al aprendizaje, se centró en primer lugar en la comprensión y conocimiento del mundo digital, de sus riesgos y oportunidades. Fue la asignatura y su profesor de Informática quien ayudó a concretar y desarrollar sus contenidos. Al tener que prepararse para transmitírselo a otras personas, tanto al alumnado como a las familias y personas adultas, los alumnos protagonistas se sintieron mucho más motivados para abordar los contenidos y prepararse para su transmisión teórico-práctica, motivación que tuvo su efecto en otras asignaturas y en el clima del grupo.
Además, algo importante, los alumnos protagonistas desarrollaron valores como el respeto, la solidaridad y la cooperación, implicándose como actores participativos y de cambio en la nueva sociedad digital, fomentando el ejercicio de una ciudadanía digital activa y responsable. Aprendizajes muy importantes y necesarios en nuestra sociedad.
Este tipo de proyecto de ApS ha sido replicado y puesto en marcha en muchos centros, contando con la colaboración de otras asociaciones y plataformas digitales. Todos tienen en común el acompañamiento digital de los niños/as y jóvenes, a los que se empodera para que sientan seguros y tomen el control de su vida digital.

4.- Promoción de la salud: “EL BANCO DE SANGRE”
El campo relativo a la promoción de la salud es uno de los campos donde resulta más fácil proponer proyectos de aprendizaje-servicio. Acciones encaminadas a fomentar una alimentación sana a través de la difusión de cuentos por la radio, para el desarrollo de hábitos saludables, campañas de vacunación y de prevención de determinadas enfermedades transmitidas a través de los animales…, son algunos ejemplos de ello.
Uno de los proyectos más interesantes lo constituye el proyecto denominado “El banco de sangre”. Parte de una necesidad muy concreta: la carencia endémica de sangre en los hospitales, sangre necesaria tanto para poder llevar a cabo determinadas intervenciones quirúrgicas como para aplicar tratamientos en enfermedades hematológicas.
Lamentablemente, suele ser fácil que los alumnos y alumnas detecten esta necesidad. Es fácil que algún familiar suyo haya ingresado en el hospital por un linfoma, un mieloma o por un trastorno de la coagulación; que alguno de los alumnos padezca anemia o falta de plaquetas o que al abuelo o abuela no le hayan podido operar de la fractura de cadera por falta de sangre para una posible transfusión. Y, si no es en la familia, pueden darse casos similares en los vecinos y amigos próximos a los niños. La situación se agrava ya que la sangre es uno de los pocos elementos que no puede fabricarse en un laboratorio, sólo puede obtenerse a través de la donación.
Tras la concienciación y análisis de esta necesidad, es posible plantear una acción de servicio como respuesta a la misma. Por razones legales, los niños y niñas no pueden convertirse en donantes hasta que no cumplen los dieciocho años. ¿Qué pueden hacer entonces?
Ellos no pueden ser donantes pero sí pueden convencer a otras personas para que lo sean. Pueden convencer a sus familiares más próximos, sus padres, tíos, hermanos mayores. Y para ello, pueden preparar una campaña de difusión y concienciación entre las personas de su entorno más próximo, buscando que aumente el número de donantes que, de forma periódica, dan su sangre para el tratamiento de las personas que la necesitan. Esta campaña puede llevarse a cabo en la calle, repartiendo folletos o trípticos a las personas que pasen por ella. Puede hacerse también en la radio o en la televisión local, y habrá que preparar los materiales necesarios para ella.
A su vez, al abordar esta problemática los alumnos descubrirán que hay en todos los hospitales un Banco de Sangre, encargado de la recogida y administración de la misma a quien lo necesita. Hay otras organizaciones como la Hermandad de donantes o Cruz Roja, que también periódicamente organizan campañas para incrementar las donaciones. Con ellas será imprescindible la colaboración, uniendo esfuerzos para ser más eficaces y aprovechando su experiencia en esta materia.
En el diseño de la campaña pueden participar muchos profesores/as de las distintas asignaturas, concretando así el aprendizaje que se quiere lograr. Desde Lengua se trabajarán las diversas habilidades comunicativas, cómo hacer un slogan para la campaña, cómo hacer una entrevista en la radio o TV. Desde Matemáticas puede analizarse la incidencia de los distintos grupos sanguíneos y el incremento del número de donantes. Desde Ciencias Sociales puede tratarse del papel del Banco de Sangre, sus límites geográficos, su alcance etc. Desde Ciencias Naturales puede explicarse qué es la sangre, sus principales componentes, su función y su importancia. Desde Educación Plástica y Visual puede hacerse un cartel de divulgación, diseñar un pequeño corto para su difusión o los folletos que se van a repartir… Y lo mismo respecto de otras materias como Tecnología, Ética o la propia tutoría.
Además de los contenidos estrictamente académicos, son otros muchos los aprendizajes posibles. Destacan especialmente dos: el aprendizaje de los valores de generosidad, solidaridad y responsabilidad, entre otros, y aprender a elaborar un proyecto fomentando la iniciativa, el trabajo en equipo y especialmente la creatividad. La generosidad y la creatividad no son algo irreconciliable y los alumnos/as aprenden ambas reflexionando sobre el proyecto propuesto.
Son muchos los proyectos relacionados con el Banco de Sangre que se están llevando en los distintos centros, con pequeñas variaciones dentro de los mismos. Se trata de un proyecto muy potente y muy eficaz desde el punto de vista educativo.

5.- El ApS desde una asignatura: la experiencia del Colegio Salesiano “San Antonio Abad”, de Valencia
En este colegio la experiencia de ApS se lanza desde la materia “Filosofía y Ciudadanía”, de primero de Bachillerato. Comenzó  ya en el curso 2008-09, y durante estos siete cursos han participado 536 alumnos. Estas cifras indican que el  76% de los alumnos de Bachillerato del centro han realizado durante un curso completo ApS.
Esta experiencia de ApS se les presenta a los alumnos/as como alternativa para trabajar la asignatura, ya que deben elegir entre la lectura de dos libros y realizar un trabajo sobre un tema de actualidad que deben exponer en clase o participar en los proyectos de ApS que presenta el centro desde el mes de octubre hasta mayo, con una dedicación mínima semanal de hora y media.
El proyecto de ApS parte de las necesidades detectadas en el entorno, tanto del propio centro como del barrio en el que se ubica. Pueden ser necesidades académicas en los alumnos de Infantil y Primaria con necesidades educativas específicas; o la necesidad de apoyo a niños de tercer ciclo de Primaria cuyas familias no pueden ayudarles por diversas razones. O pueden ser las necesidades socioeducativas de los niños acogidos en los dos centros de menores del barrio, o las necesidades de alfabetización digital que presentan las personas mayores del mismo. También las necesidades de apoyo y trabajo que necesita la tienda de @rropa de Cáritas  que hay en el mismo barrio.
Aquellos alumnos que no pueden participar en el proyecto a lo largo de la semana descubren las necesidades que tienen las personas mayores que viven en la Residencia de ancianos. Sin duda, se ofrece a los alumnos una oportunidad para descubrir las necesidades existentes en el barrio, más allá de la propia aula o de la propia familia.
Ayudados por su profesor, los estudiantes diseñan varias actividades de servicio como respuesta a dichas necesidades. Así, unos alumnos apoyan en horario de tarde al profesorado que tiene en su clase  a  niños con necesidades específicas o apoyan en la biblioteca de 17 a 18.30 horas a los alumnos que lo necesitan, ayudándoles a hacer los deberes con el asesoramiento del tutor de los alumnos. Otros colaboran con los responsables de los centros de menores en la organización de juegos y actividades y en el repaso escolar.
Otros alumnos enseñan los fundamentos básicos de la alfabetización digital a las personas mayores, o apoyan y hacen trabajos  en la tienda de @rropa que Cáritas tiene en el barrio o ayudan y acompañan a las personas mayores que están en la Residencia. Servicios concretos y posibles, adecuados y adaptados a la edad y posibilidades de estos chicos de dieciséis-diecisiete años.
El servicio está vinculado con el aprendizaje. En primer lugar, porque sirve para alcanzar los objetivos que marca la asignatura como adoptar una actitud de respeto ante las diferencias y una actitud crítica ante las situaciones de desigualdad, valorar la construcción de una sociedad basada en los derechos humanos y la convivencia pacífica o consolidar la competencia social y ciudadana.
Pero no son sólo los contenidos propios de la asignatura, también aprenden y hacen suyos determinados valores y competencias personales e interpersonales, básicas para la convivencia y la ciudadanía. Baste como expresión de este aprendizaje el testimonio de una de las participantes:
“Esta experiencia me ha servido para darme cuenta de que no todas las familias tienen las mismas oportunidades, ni las mismas condiciones para dar una buena educación a sus hijos ya sea por falta de tiempo o por falta de medios… Personalmente me ha aportado la capacidad de ver que algunas de las personas que suelen estar apartadas del grupo no lo están porque quieran si no porque no han desarrollado las habilidades sociales y por lo tanto hay que ayudarles a desarrollarlas mediante la integración. También me ha servido para ver que el comportamiento de las personas está condicionado muchas veces por su entorno social y que a partir del diálogo, el entendimiento la comprensión se puede cambiar y mejorar”.

6.- Arte y patrimonio: “APADRINAR UN MONUMENTO: LA PENÍNSULA DE LA MAGDALENA”
Uno de los campos más interesantes para el desarrollo de proyectos de ApS es el relativo a la conservación, recuperación y difusión del patrimonio artístico y cultural de una localidad o una región. Una de las formas más habituales de trabajarlo consiste en “apadrinar un monumento”, es decir, hacerlo suyo, recuperarlo y difundirlo en el exterior. El Colegio Salesiano “María Auxiliadora”, de Santander ha llevado a cabo un proyecto de apadrinamiento de la Península de la Magdalena que resulta un magnífico ejemplo de un proyecto de ApS en este campo de arte y patrimonio.
Como todo proyecto de ApS, parte de una necesidad: dar a conocer el patrimonio de la Magdalena, desconocido en muchos casos incluso por personas que viven en la ciudad. Hay otros proyectos que parten de la necesidad de recuperar una determinada obra de arte o un paraje natural. No es éste el caso. El proyecto se centra en la necesidad de divulgación, en la falta de guías y tutoriales que permitan llevar a cabo una buena visita, bien aprovechada, valorando de forma adecuada toda la riqueza que encierra la península de la Magdalena.
El proyecto ha sido llevado a cabo durante seis semanas por los alumnos y alumnas de sexto curso de Primaria, con la ayuda de su profesor. El servicio que se ofrece es la realización de diversas guías que faciliten las visitas y el conocimiento de la riqueza de la Magdalena; en concreto, proporcionar una página web, una web para móviles, una capa de realidad aumentada y un libro aumentado. Empezaron diseñando el proyecto y estableciendo los pasos a seguir. Investigaron los quince puntos de interés de la península, hicieron las fotos, escribieron los textos descriptivos y fueron llevando a cabo los distintos pequeños proyectos planificados. Así hasta finalizar el trabajo.
Son muchos los aprendizajes conseguidos a través del mismo: el conocimiento de la historia y evolución de la península a través de sus monumentos, la importancia ecológica de la península, etc. Pero, sobre todos ellos, destacan dos, el haber aprendido a diseñar y trabajar un proyecto y, como sus mismos protagonistas han manifestado, el trabajo en equipo.
Merece la pena consultar la página web que recoge todo su trabajo: www.peninsulamagdalena.wix.com/indice Ella, mejor que este texto, puede dar idea de las posibilidades y aplicaciones de este proyecto de ApS de “apadrina un monumento”.

7.- El ApS con el alumnado de PCPI, hoy Formación Profesional Básica
Lamentablemente, a lo largo de la etapa de Secundaria obligatoria van apareciendo alumnos y alumnas que se quedan “descolgados”, con grave retraso escolar que le impedirá obtener la titulación de Graduado en Secundaria. Para que este alumnado termine al menos con una mínima formación profesional, que le garantice el primer grado de competencia profesional y le permita poder buscar trabajo con un mínimo de formación, se pusieron en marcha los Programas de Cualificación Profesional Inicial, PCPI, en la LOE, sustituidos por la Formación Profesional Básica, FPB, en la LOMCE.
Se trata de un alumnado muy desmotivado, con baja autoestima y confianza en sí mismos, a quienes hay que recuperar como personas ayudándoles a desarrollar competencias y habilidades personales e interpersonales básicas. Trabajar con ellos desde la metodología del ApS ayuda claramente en este trabajo, ya que hace que se sientan útiles en la prestación de un servicio a otras personas, incrementando su autoestima y confianza. De manera indirecta, a través del servicio recuperarán el interés por determinados aprendizajes curriculares vinculados con la acción de servicio que les pueden servir para continuar estudios de formación profesional de grado medio tras la superación del examen de ingreso.
Así, por ejemplo, en el PCPI de pintura que se imparte en el IES “Joan Miró”, de L’Hospitalet de Llobregat, reciben una petición de ayuda desde la Escuela Infantil “Gornal”, cuya necesidad principal es arreglar la fachada de la escuela y hacer el edificio más amigable y atractivo. En colaboración con la Fundación Bofill y la Fundación Miró, diseñan una acción de servicio, el arreglo y embellecimiento de la fachada con pinturas de Joan Miró previamente seleccionadas, tras una visita conjunta al Museo Miró.
Los alumnos del PCPI, a través de este servicio prestado a la Escuela Infantil “Gornal” refuerzan su aprendizaje, tanto de los contenidos propios de su especialidad de pintura como los generales de matemáticas y diseño. Aprenden a relacionarse con otras personas, niños y adultos. Desarrollan competencias personales de continuidad en el esfuerzo y constancia, de responsabilidad. Descubren su propio potencial y sus posibilidades de futuro. Hay que celebrarlo, como lo hacen al acabar el proyecto.
Desde la Fundación Tomillo, de Madrid, también trabajan la metodología del ApS con el alumnado del PCPI de informática. Han detectado la necesidad que tienen las personas mayores del barrio respecto a la alfabetización digital y diseñan un servicio dirigido a estas personas organizando unas clases de introducción a la informática, en las que enseñarán el manejo del ordenador, el correo electrónico y las páginas web.
De esta forma, mejoran su aprendizaje, tanto de los contenidos específicos de su especialidad como los generales de las materias comunes. Aprenden a comunicarse con otras personas, a explicar algo a quienes no lo entienden, lo que les obliga a pensar y preparar bien su intervención. Desarrollan valores de solidaridad y compromiso, y ven recompensado su trabajo con el agradecimiento de las personas mayores que han participado en el curso.
También desde la Fundación Pioneros, de Logroño, trabajan con la metodología y propuestas del ApS con sus alumnos y alumnas del PCPI. Un colegio en la localidad, el “Caballero de la Rosa”, que atiende a alumnos/as con necesidades específicas, traslada al PCPI la necesidad de disponer de materiales propios para este tipo de alumnado, especialmente para juegos y otras actividades. Desde el PCPI diseñan una acción de servicio, diseñando y construyendo desde el taller de madera los elementos que necesita el colegio, con el asesoramiento de los maestros y de su propio profesorado.
También estos alumnos mejoran su aprendizaje. Aprenden a trabajar con la madera en situaciones reales, experimentando la utilidad de su aprendizaje. Entran en contacto con otros niños y niñas desconocidos para ellos y que les hacen ver una realidad nueva. Y colaboran con toda la comunidad educativa, ya que el colegio está organizado como comunidad de aprendizaje. Una experiencia que les va a marcar e ilusionar de cara a un futuro próximo.

8.- Un Instituto que aprende la solidaridad: IES “Miguel Catalán”, de Coslada
A lo largo del año el alumnado de este centro lleva a cabo más de veinte servicios solidarios en la localidad. Se trata de proyectos organizados en cuatro grandes ámbitos: social, educativo, salud y medio ambiente, que se desarrollan con organizaciones y entidades locales en horario extraescolar y en las que los alumnos realizan unos aprendizajes asociados a las materias que se imparten en el instituto.
Cualquier instituto de secundaria cuenta con dos de los requisitos más importantes para desarrollar un programa de ApS, por un lado un alumnado con enorme potencial para ser solidarios, por otro la responsabilidad de ofrecer a dichos alumnos los mejores aprendizajes para comprender y transformar el mundo que les rodea.  
¿Cómo podrían unos alumnos de PCPI, a los que hemos conocido hace dos meses, implicarse en un proyecto solidario relacionado con su perfil profesional? ¿Qué interés podrían encontrar algunos alumnos de 1º de bachillerato en acudir cada semana a la perrera municipal y realizar una campaña de adopción de perros? ¿Qué puede aportarle a una profesora de historia que sus alumnos trabajen sobre la memoria intrahistórica en la residencia de ancianos local? ¿Cómo encontrar un proyecto solidario que se adecúe a los objetivos de mi materia? ¿Por dónde empezar?
El proyecto de salud mental surgió de una necesidad compartida; el centro de Rehabilitación Psicosocial de San Fernando de Henares buscaba población joven normalizada con el objetivo de  facilitar la reinserción social de sus usuarios y  prevenir la incidencia de enfermedades mentales entre los más jóvenes. Por otro lado, el equipo promotor de este programa formado por técnicos del ayuntamiento de Coslada (Punto de Voluntariado) y profesores del instituto buscábamos un lugar donde nuestros alumnos pudieran aprender sobre salud y enfermedad mental. Este equipo mixto, técnicos locales-profesorado es un elemento absolutamente imprescindible que articula todo el desarrollo del proyecto. La parte municipal del equipo localiza a entidades y organizaciones locales, detecta sus necesidades, supervisa la realización del servicio, evalúa de forma continua su desarrollo, resuelve dificultades y participa en la evaluación final así como en su difusión. La parte docente del equipo coordina al profesorado implicado en el proyecto, les asesora para programar sus materias en función de los servicios que realizan sus alumnos, acompaña a los profesores en el desarrollo y colabora en la evaluación y difusión de los diferentes proyectos.
En un segundo paso se invita al alumnado a participar y conseguir que se apropien del proyecto, que lo sientan como suyo. Se les ofrece los proyectos a alumnos de todos los niveles, según el grado de complejidad o dificultad en su desempeño y se invita a participar a los alumnos del curso en el que se sitúa cada uno de los proyectos. También se trabaja que cada entidad comparta con ellos los objetivos de aprendizaje diseñados, para que los revisen y participen en la toma de decisiones sobre qué hacer, cuándo y cómo hacerlo. Este proceso es clave para que sientan que el proyecto es suyo y encuentren la motivación necesaria para realizar el trabajo.
Detectada la necesidad social de partida, puestas en contacto las entidades locales con el instituto, invitados los profesores de las diferentes materias a participar en el proyecto, programados y vinculados los aprendizajes con las diferentes materias del curriculum, invitados  los alumnos a participar en el proyecto y a hacerlo suyo, sólo queda comenzar realmente cada proyecto. Y comenzar significa realizar un proceso de aprendizaje en el instituto y en la entidad en torno al servicio que se está realizando. Los alumnos que trabajan en salud mental aprenden a diseñar una encuesta que van a pasar a una muestra representativa de jóvenes de la localidad sobre su visión de las enfermedades mentales, en informática aprenden a realizarla con google drive. Acuden a institutos de la localidad y la pasan en las tutorías. En matemáticas se aborda la parte de análisis estadístico desde este trabajo práctico. Otros contenidos necesarios para afrontar este servicio se ofrecen desde la propia entidad: un psiquiatra les introduce en el tema de las enfermedades mentales. Y comienzan a diseñar un material para sensibilizar a los jóvenes sobre esta temática, escriben, cantan y graban una maqueta.
A medida que se desarrollan los aprendizajes, tanto dentro como fuera del centro educativo, el equipo coordinador va resolviendo dificultades y acompañando a las entidades y a los profesores. Casi todos los proyectos terminan con la elaboración de un producto final: un corto, un informe, un producto material, un blog, la celebración de un encuentro… trabajar en la elaboración de cualquier tipo de producto es una motivación extra para el alumnado.
Las dos etapas  finales no son menos importantes, la difusión del proyecto realizado y el reconocimiento y la celebración final. Dar a conocer este tipo experiencias es esencial para consolidar los proyectos, para sumar nuevas sinergias y también para contagiar a otros centros educativos y asociaciones en la práctica del aprendizaje servicio. Cuantos más seamos, más fácil será mejorar nuestro entorno social.
3. ¡Me has convencido! ¿Cómo lo llevo a la práctica?

A.- Una visión general
Cinco son los pasos básicos para la implantación de un proyecto de ApS. En cada uno de estos pasos, son varias las actividades que pueden llevarse a cabo:
ESTRATEGIA
PASOS A DAR
1.- EL PUNTO DE PARTIDA: ¿CÓMO EMPEZAR?
1.1.- Partir de la realidad del centro
1.2.- Detectar una nueva necesidad
1.3.- Contactar con entidades sociales
2.- MOTIVAR AL GRUPO
2.1.- Interesar al alumnado en el proyecto
2.2.- Trabajar la participación
2.3.- Primer esbozo del proyecto
3.- PLANIFICACIÓN
3.1.- Programar el servicio
3.2.- Prever los aprendizajes a conseguir
3.3.- Diseñar el plan
4.- REALIZACIÓN DEL PROYECTO
4.1.- La ejecución del servicio
4.2.- Registro y comunicación de la acción
4.3.- Reflexión sobre la ejecución
5.- EVALUACIÓN, CELEBRACIÓN Y MEJORA
5.1.- Evaluación de los resultados
5.2.- Celebración
5.3.- Sostenibilidad y mejora del proyecto




B.- Planteamiento metodológico
Cuando se quiere construir un edificio, sea cual sea el número de plantas que va a tener, previamente los arquitectos estudian el suelo y sus características para la cimentación, diseñan en planos las características de los pisos, calculan la resistencia que deben tener los materiales… Es decir, llevan a cabo una rigurosa tarea de programación y planificación. A nadie se le ocurriría comprar un piso que haya sido construido de forma improvisada, sin un estudio técnico adecuado.
Lo mismo puede plantearse respecto de los proyectos de ApS. Vamos a trabajar con personas que viven una determinada necesidad y no se puede improvisar lo que vamos a hacer. Es necesario planificar y programar los objetivos, las acciones que se van a llevar a cabo, la organización de los recursos… Algo nada complicado de hacer, pero imprescindible para la tarea educativa que buscamos.
Puede definirse la planificación como un proceso en el que:
  • Se da prioridad a unas necesidades y problemas: el porqué del proyecto
  • Se precisan unos objetivos importantes y coherentes: el para qué del proyecto.
  • Se organizan acciones y recursos para conseguirlos: el cómo del proyecto.
  • Se lleva a cabo lo que se ha planificado, haciendo las adaptaciones y correcciones necesarias.
  • Se comprueba el cumplimiento de los objetivos: la evaluación del proyecto.
Este mismo proceso se aplica a los proyectos de ApS: parten de una necesidad importante, que explica el porqué del trabajo que se va a emprender. Establece un tipo de servicio concreto, con objetivos de respuesta a dicha necesidad, concretando el para qué del proyecto. Organiza las acciones y actividades, se fijan responsabilidades, se distribuyen los recursos, el cómo del proyecto de ApS. A continuación, se lleva a cabo el proyecto y, por último, se evalúan los resultados comprobando si se han alcanzado los objetivos propuestos.
Como paso previo podemos recordar la frase de Víctor Frankl “quién tiene claro el por qué, encuentra fácilmente el cómo”. Como profesores responsables del proyecto, debemos recordar las ventajas de este modo de trabajo, cómo puede mejorar el aprendizaje de nuestro alumnado, abrir el centro educativo a la sociedad, desarrollar en el alumnado valores éticos y compromisos cívicos… Sin duda, es la mejor forma de empezar a trabajar la metodología de nuestro proyecto de ApS.
¿Cómo puede un colegio llevar a cabo su proyecto de ApS? Vamos a verlo, analizando las diversas etapas que debe recorrer.

1.- Punto de partida y esbozo del proyecto
1.1.- Partir de la realidad del centro:
¿Cómo se puede empezar a poner en marcha un proyecto de ApS? En primer lugar, partiendo de lo que ya se está haciendo en el centro, reforzando la dimensión del ApS menos trabajada, sea ésta relativa al servicio o relativa al aprendizaje.
Resulta muy difícil encontrar un centro educativo que, a lo largo del curso, no lleve a cabo alguna actividad específica, relacionada con algún problema o necesidad social. Puede celebrar el día de la paz y organizar una serie de actos para dicho día. O puede organizar una salida el 21 de marzo para plantar árboles en algún punto del entorno y celebrar así la llegada de la primavera. O puede que en navidad organice una recogida de alimentos con destino al Banco de la localidad, o celebre el día de la mujer trabajadora…
Estas actividades concretas pueden ser el punto de partida para un proyecto de ApS que, sin limitarse a una acción puntual, plantee la continuidad de lo que se viene haciendo, revisando las dos dimensiones de servicio y aprendizaje que pueden estar latentes en estas acciones. Se trata de reforzar, dar continuidad y enriquecer lo que ya está haciendo el centro.
Puede que en un centro desde la asignatura de Tecnología los alumnos/as estén diseñando páginas web, o que desde Lengua estén redactando una carta sin destinatario concreto pero que recoge deficiencias del propio centro o que desde Ciencias estén estudiando la vegetación y la fauna que hay en un determinado entorno. Con estas actividades los alumnos/as adquieren conocimientos y mejoran sus competencias, pero no buscan que este conocimiento revierta en un bien común para la comunidad. Completar estas acciones desde el punto de vista del servicio es una buena manera de transformar esa acción puntual en un proyecto de ApS.
Puede también darse el caso de que un centro, por su propio proyecto educativo, lleve a cabo acciones de voluntariado, sea en actividades vinculadas con la cooperación y el desarrollo, de atención a personas mayores que están solas, de limpieza y cuidado del medio ambiente…. Sin embargo, es muy posible que estas acciones no estén vinculadas con las materias y asignaturas que cursan los alumnos/as, o con otros aprendizajes. El proyecto de ApS, partiendo de estas actividades, las vincularía con los aprendizajes del alumnado, completando la dimensión que les falta.
En último término, también es posible utilizar otras estrategias:
  • Copiar y adaptar un buen proyecto de ApS que ya funciona: estudiarlo, adaptarlo a las características del centro y ponerlo en práctica.
  • Sumarse a un buen proyecto que ya está funcionando y que puede admitir nuevos socios.
  • Identificar las entidades sociales amigas, vinculadas a padres y madres o profesorado del centro, y explorar la posible colaboración con las mismas.
  • Partir de un “mapeo” del entorno: hacer una lista de las necesidades existentes e identificar aquellas en las que se podría plantear una acción de servicio.

Por tanto, para iniciar el proyecto de ApS, puede ser útil plantearse en el centro unas preguntas:
  • ¿Se va a desarrollar el proyecto a partir de alguna actividad que ya funciona puntualmente?
  • Se va a potenciar la dimensión de servicio o la dimensión de aprendizaje en esa actividad que ya funciona en el centro?
  • ¿Se va a iniciar a partir de una actividad nueva? ¿A partir de otros proyectos?
  • ¿En qué espacio curricular va a situarse el proyecto?
  • ¿Con qué otras personas del centro vamos a trabajarlo? ¿Y el papel del equipo directivo?
  • ¿Cuál podría ser el título del proyecto?

1.2.- Detección de una nueva necesidad en el centro o el entorno
Otra forma de iniciar el proyecto puede ser la aparición de una determinada necesidad que afecta al grupo, al barrio o a la localidad y que hasta ese momento apenas tenía importancia. Puede que, debido a la situación económica, aparezcan por el centro alumnos y alumnas de otros países, con idioma diferente al castellano, alumnos que hay que acoger y ayudar. O puede que algún miembro de la clase o de sus familiares se vea afectado por una determinada enfermedad que plantee la necesidad de una respuesta a la misma. O tal vez llegue al centro una petición de colaboración de una institución municipal o de una ONG para llevar a cabo una tarea de fomento de la salud o un programa específico de educación vial o similar. Puede ser una buena ocasión para, a partir de dicha petición, iniciar y poner en marcha un proyecto de ApS.
Es conveniente plantearse también una serie de preguntas al respecto:
  • ¿Qué necesidades va a satisfacer el posible servicio?
  • ¿Qué materias curriculares tratan estas necesidades?
  • ¿Qué investigaciones han estudiado estas necesidades?
  • ¿Qué películas, novelas, libros… pueden servir para comprender la situación de los receptores del servicio?

1.3.- Contacto con entidades que trabajan en ese ámbito
Hay muchos proyectos de ApS que no se pueden llevar a cabo sin la ayuda y cooperación de otras entidades que están trabajando en el mismo ámbito social. De ahí la necesidad e interés por conectar con estas asociaciones y llegar a un acuerdo de colaboración y cooperación. La experiencia del IES “Miguel Catalán”, recogida anteriormente, es una buena muestra de esta colaboración.
En ocasiones, serán necesarias para lograr el acceso al espacio del servicio: por ejemplo, contactar con Cruz Roja o el Banco de Sangre para acceder al proyecto de ApS que busca incrementar el número de donantes. En otras ocasiones, el contacto con estas entidades facilitará que no empecemos desde cero y aprovechemos toda su experiencia. Por eso es importante el contacto y acuerdo con las entidades de la zona. Son también varias las preguntas que debe plantearse el centro educativo:
  • ¿Puede el centro realizar solo el proyecto? ¿Qué tipo de ayudas debe buscar fuera?
  • ¿Con qué entidades puede asociarse para llevar a cabo el proyecto?
  • ¿Cómo contactar con ella? ¿Quién puede ayudar a ello?
  • ¿Qué vamos a ganar tanto el centro como la entidad con esta colaboración?

1.4.- A modo de conclusión de esta primera etapa
Al finalizar esta primera etapa debemos tener:
  • Un esquema que contemple qué necesidad social va a ser atendida, cuál sería el servicio que se va a hacer y qué aprendizajes se lograrían con el mismo
  • Un esquema de cómo se va trabajar, con qué estrategia
  • Un contacto con la entidad con la que vamos a colaborar

Dos ejemplos concretos:
  • Un profesor de tecnología de 3º de ESO inicia un ApS a partir de una actividad que hace años tiene incorporada en su asignatura: la construcción de coches teledirigidos. La novedad de este curso consiste en proponer a los alumnos que los coches los regalen a un colectivo que los pueda usar.
  • Tres profesores del mismo centro se proponen ampliar la actividad de plantación de árboles, que se lleva a cabo el 21 de marzo, de manera que abarque un mes y lleven a cabo la limpieza del tramo del río junto con la plantación. Para ello contactan con una asociación ecologista de la zona, que está dispuesta a colaborar.

2.- Motivación
Si en la etapa anterior la atención se dirigía hacia el centro y su entorno, en esta fase nos centramos en los alumnos y alumnas y las familias. Es una fase clave para el éxito del proyecto, que no se puede ni se debe pasar por alto.
2.1.- Interesar al alumnado en el proyecto
Los alumnos van a ser los principales protagonistas del proyecto. El primer paso consiste en interesarles en el mismo, de manera que lo asuman como propio. Esto exige un buen conocimiento del grupo, de su grado de madurez y de sus posibilidades.
Un error a evitar: plantear un proyecto que supere la capacidad del grupo para llevarlo a cabo, lo que va a generar desilusión y desinterés para el futuro. De ahí la necesidad de que el grupo docente analice los intereses y motivaciones de partida que tiene el grupo, cuál es su nivel académico y su experiencia en el trabajo por proyectos, cuál es la dinámica interna del grupo, sus líderes, su manera de gestionar los conflictos, los valores, las actitudes, el clima moral del propio grupo.
Por eso, la primera labor de cara a los alumnos/as es lograr su interés e implicación en el proyecto que estamos empezando a diseñar. Se trata de despertar en el alumnado la emoción de implicarse en algo que está más allá de su propio mundo, a partir de sus intereses reales y sus experiencias previas, contando con personas externas que sean de interés para el grupo, motivando a sus líderes…
Son varias las preguntas que debe plantearse el profesorado para conseguir el interés de su alumnado:
  • ¿Cuáles son los intereses y motivaciones de nuestros alumnos y alumnas?
  • ¿Cuál es el nivel de maduración del grupo y en qué tipo de proyectos pueden participar con éxito?
  • ¿Qué recursos vamos a emplear para conseguir su interés? ¿En qué tiempo?

2.2.- Trabajar la participación
Una de las mejores y más eficaces formas de conseguir el interés del alumnado es darles participación en todo el proceso de definición, planificación y organización del proyecto. A mayor participación, mayor implicación del alumnado y mayor provecho formativo, ya que consideran suyo el proyecto. El ApS exige fomentar la participación, y ésta debe ser una de las preocupaciones permanentes a lo largo de todo el proyecto.
Es conveniente incorporar a las familias al proyecto desde el principio. Son los padres y madres los que van a autorizar la participación de sus hijos en el proyecto, por eso es necesario cuidar la información, aclarar todas sus dudas y disipar sus temores. Se evitan así muchos problemas, recelos y obstáculos. De este modo se empieza también a trabajar en una sociedad participativa y comprometida, objetivo general del ApS.
Son varias las preguntas que debe hacerse el centro educativo y el grupo promotor del proyecto de ApS:
  • ¿Cómo y cuándo van a participar los alumnos/as en el diseño, planificación y organización del proyecto?
  • ¿Cómo se va a fomentar la participación de todo el grupo?
  • ¿Cómo se va a fomentar la cooperación para conseguir las metas propuestas?

2.3.- Primer esbozo del proyecto
El trabajo con el alumnado lleva a reformular y plantear con ellos el esbozo de proyecto que había trabajado el equipo promotor. Se trata de informarles del posible proyecto, de buscar con ellos la forma de conocer más a fondo la necesidad a la que vamos a hacer frente, de concretar aspectos del servicio que se puede poner en marcha, de identificar a sus destinatarios, de ver y analizar conjuntamente los aprendizajes que ellos consideran vinculados al servicio…
De alguna manera, el interés y la participación del alumnado no se trabajan “en vacío”. Exigen temas concretos, acciones determinadas y vinculadas con el proyecto que se va a poner en marcha. Comentar estos aspectos es una forma de implicarlos y de fomentar la participación.
En esta etapa es importante también que los alumnos/as empiecen a reflexionar, con ayuda de su profesor o profesora, sobre lo que han aprendido en esta fase de elaboración y trabajo del proyecto. No se puede dejar toda la reflexión para el final, ya que muchas cosas se olvidarán. Además, ver lo bueno y lo que se ha aprendido puede servir para compensar los pequeños fracasos o dificultades que se hayan tenido.
Son varias las preguntas que debe hacerse el centro y el equipo promotor:
  • ¿Cómo vamos a presentar al alumnado la necesidad social, el posible servicio y el aprendizaje que se busca con todo ello?
  • ¿Cómo vamos a recoger sus aportaciones y cómo vamos a incluirlas en el proyecto?
  • ¿En qué tiempo y en qué espacio curricular vamos a llevar a cabo este trabajo?

2.4.- A modo de conclusión de esta segunda etapa
Al finalizar esta segunda etapa debemos tener:
  • Un conjunto de actividades previstas para conseguir el interés del alumnado.
  • Un plan de fomento de la participación a lo largo de todo el proyecto.
  • Una nueva formulación del proyecto que incorpore las aportaciones del alumnado.

Dos ejemplos concretos:
  • El profesor de tecnología presenta al grupo la propuesta de regalar los coches teledirigidos a algún colectivo. Los alumnos y alumnas lo aceptan y proponen entidades que podrían ser receptoras. Después de informarse sobre cada una de ellas, optan por colaborar con la planta de oncología infantil de un hospital de su ciudad.
  • Los tres profesores informan a sus alumnos y alumnas de la propuesta y éstos deciden organizar una visita a la zona del río en la que se va a trabajar. Hacen fotografías para ver el grado de suciedad y deterioro de la zona, visitan a la asociación ecologista y comentan con ella las posibles actuaciones que pueden llevar a cabo. Trasladan toda la información a los tres profesores.

3.- Planificación
Una vez creado el clima necesario y motivado el grupo, se entra de lleno en la fase de planificación que va a abarcar tres acciones.
3.1.- Programar el servicio que se va a llevar a cabo
No podemos olvidar que el ApS se basa en la programación y realización de un servicio que permite aprender y, a la vez, contribuir de manera solidaria a una tarea cívica. El servicio no busca un beneficio personal, sino ayudar a otras personas. Pero este servicio proporciona muchas satisfacciones y aprendizajes a quienes lo llevan a cabo.
Son muchos los campos en los que puede plantearse el servicio: mejora del medio ambiente, ayuda a personas que la necesitan dentro y fuera del centro, mejora de la calidad de vida de la población, actuaciones y campañas solidarias, cooperación al desarrollo… Se trata ahora de concretar y programar con detalle el tipo de servicio que ya se ha esbozado y elegido por el centro.
Para ello puede ayudar la respuesta a estas preguntas:
  • ¿Qué objetivos a corto y largo plazo se plantea este servicio?
  • ¿Qué tareas y actividades contiene este servicio?
  • ¿Son tareas apropiadas para la edad y posibilidades del alumnado?
  • ¿Va a permitir este servicio aplicar conocimientos escolares?
  • ¿Qué aprendizajes va a proporcionar a los alumnos/as la realización de este servicio?
  • ¿Cómo vamos a evaluar los resultados de este servicio?

3.2.- Prever los aprendizajes que se van a conseguir
El ApS es una propuesta educativa que pretende que, a través de una acción de servicio a la comunidad, los alumnos apliquen los conocimientos, competencias y valores recogidos en el currículo y que sigan aprendiendo al llevar a cabo la acción de servicio. Es importante prever estos aprendizajes y programarlos adecuadamente.
En unos casos habrá que preparar a los alumnos y proporcionales las herramientas conceptuales y socioemocionales necesarias para llevar a  cabo el proyecto. En otros, habrá que prever qué nuevos aprendizajes se van a conseguir con la puesta en práctica del proyecto y la reflexión sobre el mismo. En ambos casos, resulta imprescindible la programación y planificación de estos aprendizajes.
Algunas preguntas servirán para concretar esta programación:
  • ¿Qué contenidos, competencias y valores vamos a trabajar?
  • ¿Qué han de saber para poder llevar a cabo correctamente el servicio?
  • ¿Qué aprendizajes proporcionará a los alumnos/as la realización del servicio?
  • ¿Desde qué materias o asignaturas van a llevarse a cabo estos aprendizajes?
  • ¿Qué actividades de aprendizaje y de qué forma se van a poner en marcha?
  • ¿Cómo se van a evaluar los aprendizajes?

3.3.- Diseñar el plan
Este plan recoge todo el trabajo realizado hasta este momento, sintetizándolo y dándole coherencia y firmeza de cara a la acción. Va a servir de guía para todos los implicados acerca de lo que hay que hacer en cada momento, concretando las responsabilidades que corresponden a cada persona. Se trata de hacer realizable y operativa la idea de ApS que se ha ido trabajando hasta ahora.
Este plan incluye los datos organizativos necesarios para el éxito del proyecto de ApS. Concreta los medios materiales que serán necesarios para llevar a  cabo el proyecto, el calendario y las tareas que debe hacer cada participante, las reuniones de coordinación que se van a llevar a cabo, la información que va a ser necesario transmitir, la relación con las entidades sociales que participan en el proyecto, etc.
La experiencia que tiene el profesorado sobre cómo hacer un plan y una programación hace innecesario abundar en este tema. Pero, para facilitar la tarea, he aquí algunas preguntas que deben contestar el centro y el equipo promotor:
  • ¿Qué etapas y qué calendario va a tener el proyecto?
  • ¿Qué medios económicos y materiales se necesitan?
  • ¿Saben todas las personas qué hay que hacer y cuándo? ¿Y la coordinación?
  • ¿Qué información se va a dar a las familias y a los alumnos?
  • ¿Se ha previsto la forma de seguimiento del proyecto?

3.4.- A modo de conclusión de esta tercera etapa
Al finalizar este tercera etapa tenemos que tener:
  • Un documento breve y sencillo que recoja la programación de todo el proyecto
  • Que concrete las responsabilidades de cada persona y entidad
  • Que sirva para presentar el proyecto de ApS al entorno

Dos ejemplos concretos:
  • Por grupos, los alumnos y alumnas elaboran un esquema del coche que van a construir: diseño, medidas, motor y material que necesitan. En las clases de Tecnología adquieren los conocimientos mecánicos que necesitan y aprenden a serrar la madera. Además, entrevistan a las maestras del aula hospitalaria para conocer la edad y los gustos de los niños. Mientras lo hacen, les surgen nuevos interrogantes: ¿Por qué no van a una escuela ordinaria? ¿Cuánto tiempo pasan en el hospital? ¿Cómo es su vida cotidiana?
  • Los profesores, de acuerdo con la asociación ecologista y teniendo en cuenta las sugerencias de sus alumnos y alumnas, concretan las etapas y las características del proyecto. Establecen los días de salida al río para su limpieza, seleccionan los árboles que se van a plantar y fijan el cuándo, preparan una campaña de información sobre la acción que se va a llevar a cabo. Los alumnos/as discuten y aceptan las tareas que les corresponden y se preparan para ellas.

4.- Realización del proyecto
Todo lo planificado y programado, todo lo trabajado hasta la fecha cobra su sentido con la puesta en práctica del proyecto, con su realización. Se trata de incidir en la realidad y dar respuesta a una necesidad y problema real.
4.1.- La ejecución del servicio
Por muy bien que se haya hecho la programación, por grande que haya sido el esfuerzo de previsión de las dificultades que pueden surgir en la ejecución del proyecto, siempre aparecen factores imprevistos y es preciso tomar decisiones. El equipo responsable debe hacer un buen seguimiento para poder corregir y dar respuesta a las disfunciones que vayan apareciendo.
Es necesario estar atento tanto a la preparación y capacitación que se haya hecho del alumnado de cara al proyecto como a la realización que tiene lugar sobre el terreno. La complejidad del proyecto puede ser mayor que la prevista y habrá que reforzar a los alumnos en su trabajo. Hay que practicar un seguimiento lo más individualizado posible, cuidando a la vez la motivación de todo el grupo a través del contacto personal y el aprovechamiento de todos los tiempos que aparecen en el desarrollo del proyecto. Igualmente hay que seguir cuidando la relación con las familias, respondiendo a las inquietudes y dudas que puedan aparecer en ellas.
Son varias las preguntas que debe hacerse el centro en relación con esta etapa:
  • ¿Qué situaciones no previstas, qué dificultades, qué problemas están apareciendo en la puesta en marcha del proyecto?
  • ¿Qué actividades de refuerzo de la preparación de los alumnos y alumnas son necesarias?
  • ¿Cómo estamos cuidando y manteniendo la motivación del alumnado?
  • ¿Cómo mantenemos la relación con las familias y las entidades sociales?

4.2.- El registro y comunicación de lo que se hace
En la medida de lo posible, y sin interferir con la puesta en práctica del proyecto, es muy conveniente ir registrando todo lo que está haciendo, sea por escrito o sea por medios audiovisuales. Esto permitirá analizar lo realizado, poder evaluarlo y mejorarlo. A la vez, hará posible la consolidación de las experiencias en el centro, actuando como un “banco de proyectos” que se han llevado a cabo con éxito desde el centro. También facilitará la labor de difusión hacia el exterior de los proyectos de ApS.
A la vez, es conveniente fomentar su difusión y exposición hacia el exterior, tanto en el ámbito docente como en el ámbito del entorno en que se encuentra el centro. Por lo general, el personal docente no suele ser muy proclive a esta tarea de difusión y comunicación, lo que se traduce en una falta de enriquecimiento a partir de las experiencias de compañeros/as profesionales.
Algunas preguntas que pueden ayudar a esta tarea:
  • ¿Cómo podemos registrar el desarrollo del proyecto?
  • ¿Qué instrumentos son los más adecuados, los medios tradicionales, los medios audiovisuales…?
  • ¿Cómo puede ayudar este registro a la labor de comunicación y de difusión del proyecto de ApS?

4.3.- Reflexión sobre la ejecución del proyecto
La reflexión es un elemento transversal, imprescindible en todas las fases del proyecto. Frente al activismo, la reflexión permite analizar lo que está sucediendo, ver su adecuación y tomar las acciones de corrección necesarias. Gracias a la reflexión se consiguen y consolidan muchos de los aprendizajes que se buscan con el ApS.
A través de la reflexión los alumnos pueden identificar los aprendizajes que están llevando a cabo, y aprender también a evaluar y juzgar la calidad de las acciones que han puesto en marcha. Aprenden a corregir y readaptar el proyecto, en función de los imprevistos detectados. Y son muchos los instrumentos que facilitan esta tarea de reflexión: la realización de un diario, los registros de la actividad antes mencionados, la expresión artística de los logros, la exposición pública de su propio análisis, etc.
Son varias las preguntas que pueden ayudar a concretar esta tarea de reflexión:
  • ¿Qué tiempo vamos a dedicar a la reflexión sobre la ejecución del proyecto?
  • ¿A través de qué instrumentos, de forma colectiva o individual?
  • ¿Cómo se va a reforzar esta tarea imprescindible de reflexión?
4.- A modo de conclusión de esta cuarta etapa
Al finalizar esta cuarta etapa debemos de disponer de:
  • Un instrumento que recoja todas las correcciones y modificaciones que puedan ser necesarias como respuesta a los imprevistos que aparezcan en el desarrollo del proyecto
  • Una previsión de la forma de registro de la ejecución del proyecto.
  • Un pequeño plan para fomentar la reflexión sobre la ejecución del proyecto.

Dos ejemplos concretos:
  • La construcción de los coches avanza a buen ritmo. Sin embargo, es evidente que son poco atractivos, un factor que otros años no tenía importancia, pero que la colaboración con el aula hospitalaria ha puesto en primer plano. Los alumnos piden ayuda a la profesora de Plástica, quien acepta destinar sus clases a pintar, decorar y, en algunos casos, diseñar de nuevo los coches.
  • El grupo ha iniciado la recogida de papeles, latas y demás basura que hay en el entorno del río. Cuando llegan un par de días después, ven que la basura no ha sido recogida e incluso que ha vuelto a tirarse ensuciando de nuevo el entorno. Eligen una comisión que acude al Ayuntamiento y piden al alcalde que envíe un vehículo de recogida los días concretos en que tienen prevista la limpieza. Le muestran las fotografías que han hecho de cómo estaba el lugar, cómo lo limpiaron y cómo se ha vuelto a ensuciar.

5.- Evaluación, celebración y mejora
Como sucede en todo proyecto educativo, la evaluación no es un añadido más que se hace al proyecto, sino que forma parte del mismo y representa una fase tan importante como las demás. Planificar y llevar a cabo las diferentes actividades de evaluación es una de las acciones fundamentales del proyecto.
5.1.- Evaluación de los resultados y del proyecto
Es la etapa final, la etapa de rendición de cuentas ante la sociedad y entorno concreto del centro. Se trata de recuperar la reflexión presente en todas las fases del proyecto y aplicarla a los resultados del mismo. Esto puede abarcar varios aspectos.
En primer lugar, la evaluación de los resultados del servicio, del impacto que se ha logrado: con los registros realizados a lo largo del proceso, con nuevos datos de los diversos equipos participantes, contabilizando todo aquello que se pueda medir y recogiendo las opiniones cualitativas de los destinatarios… Se trata, en definitiva, de responder a una pregunta: ¿para qué ha servido esto? ¿qué hemos conseguido?
En esta evaluación final debe incluirse también la valoración de los aprendizajes alcanzados. Estos pueden ser muy diversos, concretarse en conceptos-procedimientos y actitudes o en otros aprendizajes más vinculados al propio servicio. Es imprescindible su valoración. Desde la perspectiva del profesorado debe valorarse el funcionamiento del propio grupo y de cada alumno y alumna en particular, su papel director en todo el proyecto, la colaboración con las entidades sociales, la sostenibilidad del propio proyecto. Una auténtica autoevaluación hecha por el propio profesorado.
Varias preguntas pueden ayudar a llevar a cabo este trabajo:
  • ¿Qué resultados hemos obtenido con el proyecto? ¿Cómo podemos valorarlos, cuantitativa y cualitativamente?
  • ¿Cómo se ha desarrollado todo el proceso? ¿Ha habido correspondencia y proporcionalidad con los resultados obtenidos?
  • ¿Cómo ha sido el funcionamiento del grupo?
  • ¿Cómo ha sido al relación y la cooperación con las entidades sociales?
  • ¿Cómo ha sido nuestro papel de coordinación y dinamización del proyecto?

5.2.- La celebración del éxito del proyecto
El centro debe reconocer, agradecer y celebrar los resultados exitosos alcanzados con el proyecto, así como los esfuerzos llevados a cabo por cada uno de los participantes y del grupo en su conjunto. Es necesario que los alumnos se sientan satisfechos, que vivan emociones positivas en relación con esta experiencia de ApS. No hay que olvidar que, de esta forma, se aprende más y mejor, se asumen y asimilan de manera permanente los comportamientos y los valores que los han provocado.
Hay muchas maneras de llevar a cabo esta celebración y este reconocimiento: hablar personalmente con ellos, entregarles un diploma, difundir los resultados en la prensa y medios locales, organizar una fiesta…
Resulta de especial interés en esta fase comunicar los resultados obtenidos a las familias, culminando así las actividades de relación e información y reforzando la relación e implicación de las mismas en la vida del centro. Lo mismo puede decirse respecto de las entidades sociales, claves para la continuidad del proyecto y otras posibles colaboraciones en el futuro.
Estas preguntas pueden ayudar a concretar la celebración del éxito del proyecto:
  • ¿Cómo se puede reconocer y agradecer el trabajo de los alumnos/as?
  • ¿Qué actividades de celebración se pueden organizar?
  • ¿Cómo unir la celebración con la difusión del trabajo realizado?

5.3.- Sostenibilidad y mejora del proyecto
El último paso del proyecto consiste en poner las condiciones para que este proyecto pueda repetirse y que incluya propuestas de mejora. Algunos proyectos, vinculados a una necesidad concreta y puntual, no podrán repetirse pero, en la mayoría de los casos, lo que se busca es que el proyecto se arraigue en la práctica y en las rutinas del centro, que pase a formar parte de su programación habitual.
La evaluación puede facilitarnos muchos datos a tener en cuenta de cara a esta consolidación. Será también necesario analizar la actividad que se ha llevado a cabo para complementarla con nuevas acciones que la enriquezcan y mejoren. Por último, habrá que institucionalizarla, incluyéndola dentro del Proyecto Educativo del centro y formando parte de las señas de identidad del mismo.
Algunas preguntas para facilitar esta tarea pueden ser:
  • ¿Se va a poder repetir y replicar el proyecto en años sucesivos?
  • ¿Qué cambios en los planteamientos pedagógicos pueden ser convenientes para su mejora?
  • ¿Cómo reforzar y mejorar la relación con la entidad social colaboradora?
  • ¿Se podrá implicar más profesorado el próximo curso?

5.4.- A modo de conclusión de esta quinta parte
Al finalizar esta quinta parte debemos disponer de:
  • Material gráfico o audiovisual para poder dejar constancia de lo hecho
  • Algún elemento de evaluación elaborado por los propios alumnos/as, como un video, mural, dossier…
  • Una memoria sencilla y práctica de la experiencia, que contenga propuestas de mejora.

Dos ejemplos concretos:

  • Antes de enviar los coches al aula hospitalaria, se exponen en el vestíbulo del centro junto a un mural que explica la finalidad del proyecto. Además, los alumnos han elaborado un libro con fotografías del proceso de construcción de los coches. El libro permanece abierto durante la exposición para que compañeros/as de otros cursos puedan añadir nuevos mensajes o dibujos.
  • Los alumnos y alumnas han elaborado un dossier fotográfico que recoge el estado en que se encontraba la ribera del río, las acciones de limpieza y la plantación de los árboles. Han convocado a las familias y a las autoridades a su presentación en el centro, y el Ayuntamiento les ha entregado un diploma individual de reconocimiento por el trabajo. Van a discutir cómo continúa el proyecto para mantener la limpieza y el cuidado de la ribera del río.